"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo"
Benjamin Fraklin

viernes, 17 de junio de 2011

50 años de Amnistía Internacional

Hace 50 años, un brindis por la libertad entre dos jóvenes en Portugal acabó con ellos entre rejas. Más de mil personas se movilizaron contra aquella injusticia y ese fue el comienzo de Amnistía Internacional, un movimiento de personas unidas para mejorar la vida de otras personas. 


Hoy Amnistía Internacional sigue luchando por un mundo más justo. Y lo hace con total independencia: no acepta fondos que puedan comprometer su trabajo y se financia gracias a la generosidad de personas individuales. Tu colaboración, por pequeña que sea, es lo único que nos permite seguir defendiendo los derechos humanos, así como investigando y denunciando abusos que se cometen en todo el mundo.




Los orígenes
Portada del periódico británico The Observer de 28 de mayo de 1961 con el artículo de Peter Benenson.

Presente hoy en 150 países, Amnistía Internacional fue fundada en 1961 por Peter Benenson. Este abogado británico, inspirado en el caso de unos estudiantes portugueses que habían sido encarcelados por brindar por la libertad en su país, decidió publicar el 28 de mayo de 1961 el artículo "Los presos olvidados" en el diario The Observer. En él instaba a personas de todo el mundo a actuar para conseguir la excarcelación de seis reclusos a los que denominó "presos de conciencia": personas encarceladas por sus convicciones políticas, religiosas u otros motivos de conciencia, que no han recurrido a la violencia ni propugnado su uso.

Para su sorpresa, más de un millar de lectores participaron en esta acción. Quizá sin darse cuenta, Benenson había dado forma a un tipo de activismo que daría excelentes resultados en la lucha contra la injusticia: la acción de muchas personas anónimas a favor de otras personas víctimas de violaciones de los derechos humanos.

 "La vela no arde por nosotros, sino por todos aquellos que no conseguimos sacar de prisión, que fueron abatidos camino de prisión, que fueron torturados, secuestrados o víctimas de 'desaparición'. Para eso es la vela". Peter Benenson

Lo que empezó siendo una campaña puntual pronto se transformó en un movimiento internacional por la defensa de los derechos humanos de carácter permanente. Al cabo de un año, la nueva organización ya había enviado delegaciones a cuatro países para elevar protestas en favor de varios presos de conciencia y estaba trabajando en otros 210 casos de personas encarceladas injustamente.

A medida que Amnistía Internacional fue creciendo como movimiento de personas que trabajan por personas, su foco de atención se fue ampliando a víctimas de otros abusos de los derechos humanos, como la tortura, las desapariciones forzadas y la pena de muerte. En 1977 la labor de Amnistía Internacional  fue recompensada con el premio Nobel de la Paz, y un año más tarde la organización fue galardonada con el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.


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