Diario de prácticas VII: Yo, la maestra

Y hoy ha llegado el día… hoy el tutor me ha dicho: “hoy, tú eres la seño”. Y así ha sido. Después del recreo yo he tomado las riendas de la clase y he empezado a impartir el tema del libro. Al principio bastante nerviosa, la verdad, porque no tenía muy claro por dónde empezar. Sin embargo, el libro del profesor te trae unas guías que me ha permitido ubicarme.

El tema comenzaba con la lectura de una poesía sobre “Don Contaminante”. De esta manera nos introducía en el mundo del reciclaje, reutilización y reducción de materias. 

¿Cómo he ido desarrollando la sesión? El poema estaba formado por dos ilustraciones: en la primera aparecía “Don contaminante” comiendo basura y rodeado de una atmósfera gris, y en la segunda aparecía todo limpio y el ogro en cuestión enfadado al ver cómo una niña reciclaba. Tras comparar ambas nos hemos introducido un poco en el mundo del reciclaje, mencionando los distintos contenedores que hay para llevarlo a cabo (aunque tampoco hemos profundizado demasiado en ello). 

Tras ello, hemos empezado a leer el poema. Una estrofa por alumno. Cada vez que terminábamos una, hablaba yo un poco sobre lo que habíamos leído. De esta manera pretendo que los alumnos cojan la costumbre de reflexionar a medida que van leyendo y que así, adquieran comprensión lectora. 

Increíblemente he conseguido que me prestaran atención y que levantaran la mano (la gran mayoría) antes de hablar. Importante ha sido decirles que había que cerrar la boca, y llevarse el dedo a los labios para que las palabras no se escaparan. Una vez hecho esto había que abrir bien las orejas para escuchar correctamente (lo que hemos hecho estirándolas para que entre bien la información). Igualmente he intentado dejar hablar a todos, porque todos tienen algo qué decir: acerca del consumismo (que hemos explicado lo que era), sobre el reciclaje, sobre el ambiente limpio o contaminado… Y, les ha gustado cuando les he pedido que pusieran cara de ogro enfadado, y cara alegre. 

He querido hacer hincapié en la cara alegre diciendo que estamos todos muy guapos cuando sonreímos, y que para conseguir esto siempre hay que hacer las cosas correctamente (en este caso, manteniendo los sitios limpios).

Tras haber leído todo el poema párrafo por párrafo, lo hemos releído ya todo seguido y luego hemos hecho las actividades que venían.

Le he hecho una propuesta al tutor, pensando que me diría que tendría que mirarlo o algo, y para nada, me ha dicho que yo soy la maestra, que le parece buena idea y manos a la obra nos hemos puesto.

El otro día le escuché decir una frase a los alumnos que me llamó la atención, así que pensé que sería buena idea dejarla impresa en la pared del aula, para que a los niños no se les olvidara:

“Somos muy buenos, pero podemos ser mejores”

Me parece que es una buena frase que les hace ir siempre hacia delante, pero nunca pensando que hacen las cosas mal o no valen. 

A los alumnos les he dicho que el “profe” y yo tenemos una frase secreta, pero para averiguarla tienen que hacer todos los ejercicios de clase y, a medida que los van terminando, se les irá dando una letra para que la coloreen. De esta manera, poco a poco, irá apareciendo en la pared.

Así que nada, ya tenemos dos letras y media coloreadas y listas para colgarse, cuando esté completa la compartiré con vosotr@s. 

Y esto es todo lo que tengo que deciros por hoy, una vez más, he vuelto más que emocionada a casa y, sobre todo y más importante, contenta con mi profesión.

¡Un saludo enorme!